Tableros, fichas y normas, condiciones, fronteras y sanciones, son parte de la aventura y nunca figuraron como verdaderos ya que al emprender, nadie tuvo para ti ni manuales ni mapas.
Nada te prometieron al empezar y de poco servirá elevar voces al viento, pero aun y con ello, no será en una nueva obligación donde encontrarás excusas para tu caída o explicaciones de tu éxito.
Por Ley.
Regularmente se van dando imposiciones legislativas que obligan a que ciertas empresas tengan que CERTIFICAR que en sus equipos, existen profesionalies con determinada cualificación, como es el caso del manejo de tóxicos, calefacción, baja tensión, regulación alimentaria, manipulación de maquinaria pesada, prevención de riesgos laborales, ..., etc.
También en aquellas empresas que por su tamaño interviene en ellas una agrupación sindical, existe reglamentación al respecto, sin embargo, hay otras razones propias de los mercados que sugieren dotarse de una cualificaficación acreditada, sea por que queramos introducinos en ellos o por no desparecer de los mismos.
Cumplimiento
Por Ley ... y por dinero.
Para optar a un determinado contrato o proyecto, es ya habitual que el ofertante exiga a "sus pretendientes" unos niveles de capacitación documentada que actuando como requisitos de exclusión, distinga unos candidatos de otros y además, les garantice que dichas empresas disponen de la preparación necesaria.
En ocasiones y con el interés de controlar un mercado o parte de él, son los propios candidatos quienes hacen por instaurar una particular cualificación aprovechando que ellos ya la tienen como disponible, dificultando así que sus competidores puedan acceder al mismo.
Siendo así que cuando existe un exceso de oferta para un número estanco de demandantes, acaba imponiéndose la selección natural o lo que es lo mismo, hay que priorizar entre los bien intencionados y por supuesto muy capaces, y los que están acreditados.
Aunque tú no fueres el pez grande, siempre puedes ser el más listo.
